martes, 11 de julio de 2017

Los Obispos necesitan la compañía política de los demócratas cristianos


La carta de los señores Cardenales y Obispos dirigida a Maduro exigiéndole desistir de la Constituyente, es hasta ahora su último esfuerzo de evitar que se implante el comunismo en Venezuela, lo que seguramente se acompañará con la constitucionalización de la cesión de soberanía a Cuba, creándose institucionalmente la Confederación Vene-Cuba, con capital en La Habana, que viene funcionando de hecho desde la Gran Traición.
Venezuela es un país cristiano, mayoritariamente católico. Se estima que los cristianos formamos el 90% de la población, repartida así: 78% católicos, 10% protestantes o evangélicos y 2% fieles de otras religiones cristianas. Entonces procede la pregunta: ¿porqué los comunistas detentan el poder y no han sido derrocados como debieron serlo desde hace tiempo?
A la jerarquía de la Iglesia Católica le bastó, en la anterior dictadura, una pastoral del Arzobispo de Caracas, Monseñor Arias Blanco, para que su posición fuese determinante en la caída del tirano. Mientras ahora no han tenido el mismo efecto y repecusión la valiente, categórica  y reiterada definición de todos los Obispos, a pesar de que la situación económico-social es peor que nunca antes, afectando gravemente a la casi totalidad de la población.  ¿Porqué esta vez no?
Ensayemos la respuesta. La Iglesia Católica es un poder fáctico (o de hecho), de influencia decisiva tanto por un factor cuantitativo (los venezolanos somos católicos en mayoría abrumadora) como por un factor cualitativo (constituye el verdadero Poder Moral, estructurado como ejército de la fe con disciplina vertical). Su peso como poder fáctico se potencia en democracia y se debilita, hasta anularse, en el comunismo, porque el comunismo le lleva una ventaja. Al mismo tiempo que se comporta como religión (materialismo ateo con culto pagano, de adoctrinamiento y propaganda que ciegan), se organiza y moviliza como partido político para acceder y sostenerse en el poder. La Iglesia no es un partido político, ni los sacerdotes pueden asumir el poder político por estarle negado expresamente. Pero la Iglesia necesita de un partido político, identificado con ella, que se nutra de su Doctrina Social y al mismo tiempo actúe como si ambos, Iglesia y partido, fuesen los dos brazos de una misma fe. Precisamente la finalidad de los partidos demócratas cristianos en Europa, donde se crearon, fue enfrentar y confrontar al comunismo en la lucha por el poder político vedado a la Iglesia después de la Revolución Francesa.   
Pero en la Venezuela actual no hay un partido demócrata cristiano que asuma como suyas estas palabras de los Obispos y las haga el centro de su planteamiento:  “1) El mayor problema y la causa de esta crisis general es la decisión del Gobierno Nacional y de los otros órganos del Poder Público de imponer un sistema político-económico de corte socialista, marxista o comunista (12-01-2015). 2) “La causa fundamental es el empeño del Gobierno de imponer el sistema totalitario recogido en el PLAN DE LA PATRIA (llamado Socialismo del Siglo XXI), a pesar de que el sistema socialista marxista ha fracasado en todos los países en que se ha instaurado, dejando una estela de dolor y pobreza”(13-01-2017). 3) Este es un Gobierno socialista, comunista, marxista, ateo, fracasado, que no funciona ni funcionará jamás. Hasta que no haya un cambio de sistema, el país no funcionará. El Gobierno va contra la propiedad privada, la Iglesia, la fe, la conciencia de los pueblos. Esto es comunismo. Yo lo repito y lo repetiré siempre. Hay quienes tienen miedo de decir esto.
En consecuencia, no hay un partido demócrata cristiano que se oponga a la Constituyente, no por formalismos constitucionales, sino por ser una CONSTITUYENTE COMUNISTA, convocada para implantar el comunismo y constituir una Confederación Vene-Cuba, que constitucionalizará la cesión de la soberanía de Venezuela a Cuba, que de facto funciona por la más grande traición a la patria que se conozca en la historia universal.
Los Obispos necesitan la compañía política de los demócratas cristianos. Y también el país.


DEMOCRACIA CRISTIANA 6           11-07-17



@petitdacosta

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